Céret, a solo 12 km de la frontera española, es famosa por ser la cuna del cubismo y la «capital de la cereza». Este encantador pueblo medieval alberga el Musée d’art Moderne. Una visita que ofrece arte moderno, un pintoresco paseo por viñedos y granjas, y las primeras cerezas de la primavera.
Aix en Provence cuenta con un clima privilegiado, deslumbra con su elegancia en sus animada calles y plazas. Pasearemos por el centro histórico con edificios del siglo XVII y XVIII, plazas con fuentes, librerías, tiendas y comercios variados. Descubriremos el Ayuntamiento, museos y grandes mansiones, ahora dedicadas a la Universidad y centros de investigación.
St-Tropez, antigua meca de la élite parisina, ofrece encantadores cafés al aire libre y vistas impresionantes del mar. Pasea por el centro, disfruta de un refrescante pastis en la plaza des Lices y juega a la petanca como un lugareño. Descubre el encanto y la historia de esta icónica ciudad costera.
Ajaccio, la capital de Córcega, es una ciudad portuaria en la costa occidental de la isla. Aquí nació Napoleón Bonaparte en 1769. Visita la Maison Bonaparte, ahora un museo con recuerdos familiares, y la catedral de Notre-Dame, un edificio barroco del siglo XVI que alberga obras de Delacroix y Tintoretto.
Si eres amante de los quesos, te recomiendo que visites la Finca Subaida en Mahón, una destacada quesería donde conocerás el proceso de elaboración del queso Mahónés (D.O.P.), emblema de la gastronomía balear. Deléitate con un aperitivo en su terraza, degustando quesos, embutidos y vinos locales. Es una experiencia perfecta para los amantes de la buena mesa y los productos artesanales de la región.